La Confianza Laboral. Fui asesor en temas administrativos durante más de treinta años de una empresa de suministro de alimentos.
En aquellas épocas todavía se acostumbraba hacerles fiesta en navidad a los trabajadores de la empresa, en compañía de sus hijos menores. Por lo general, se entregaba en un sobre el aguinaldo para el empleado, y a los niños se les regalaba un juguete. Todo esto se hacía mientras se preparaba el almuerzo o el refrigerio que se había preparado para la ocasión.
Todo esto se ha perdido. Cada que voy a un seminario sobre alta gerencia, o sobre cualquier otro tema, siempre dicen que el activo más valioso que tiene la compañía son sus trabajadores. Pero yo lo que veo, es que cada vez hay menos confianza en ellos y las empresas siempre tratan de que los beneficios para ellos sean cada vez menores. Parece que se han convertido en sus principales enemigos.
En alguna de aquellas reuniones de fin de año en la empresa de alimentos, la dueña me preguntó:
—Ricardo: ¿A qué crees tú que se deben los buenos resultados de la empresa?
Sin dudarlo ni un solo instante le respondí:
—A la confianza.
¿Tengo Confianza En Mis Empleados?
La mayoría de las empresas piensan y creen que confían en sus trabajadores, y así lo hacen constar en sus políticas y reglamentos. Pero eso no es verdad.
Hemos visto empresas que han instalado cámaras de vigilancia, no solo en las porterías, sino en los lugares de trabajo. Las requisas a la salida de las instalaciones son obligatorias y denigrantes. En algunas todavía se marcan tarjetas de entrada y de salida.
Esta falta de confianza en vez de proporcionar seguridad en el trabajo ha ido conduciendo a lo contrario.
Esta semana, vi en el periódico el valor de las pérdidas por robo en los almacenes de las grandes superficies, y se creía que el mayor porcentaje correspondía a robos hechos por los mismos trabajadores de los almacenes. Igualmente me han comentado que el fraude bancario se ha incrementado.
Todo eso es por falta de confianza.
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